Sus ojos le delatan. Ricardo Caballer es un enamorado de la pólvora y el ruido ensordecedor de los ‘masclets’. Con una tradición familiar que data de 1880, dicen los entendidos que es el mejor pirotécnico del mundo y, quizá, sea decir poco. Con tan sólo 27 años, este joven se ha hecho con los premios más prestigiosos del arte de la pirotecnia y ha organizado espectáculos en eventos tan importantes como los Juegos Olímpicos de Sydney.
17 de marzo. Plaza del Ayuntamiento. 13.55 horas. Ricardo Caballer se dispone a disparar la ‘mascletá’ en presencia de los Príncipes de Asturias. La televisión autonómica va a retransmitir el evento en directo y cientos de personas se agolpan en las calles colindantes esperando recibir el impacto de la onda expansiva. “Una de las mejores‘mascletás’ que se han visto en Valencia desde hace años”, comentan los falleros entendidos. Dos días después, Ricardo no puede ocultar su satisfacción. “Claro que me felicitaron… cuando se les pasó el susto”, dice sonriendo.
La vida de la familia Caballer gira en torno a este mágico oficio de fuegos de artificio y ‘petardos’. Y, es éste el que les ha llevado a organizar’espectáculos piromusicales’ (sistemas de audio digital y fuegos en sincronía, únicos en España) como el de los Juegos Olímpicos de Sydney. “Allí utilizamos cerca de 20 toneladas de pólvora. Fue increíble”, dice orgulloso.
Y es que Ricardo, además de pirotécnico, es fabricante del propio material. Dice que RICASA (Ricardo Caballer S.A) exporta pirotecnia a gran parte del mercado internacional, sobre todo Japón. “Allí nos acogen siempre con muchísimo cariño. Para ellos, los pirotécnicos son prácticamente dioses.”
Actualmente, la empresa lleva los espectáculos de los parques Disney en el país oriental y los de Port Aventura, en Tarragona.
Escucharle hablar sobre ‘castillos’ y ‘mascletás’ es perderse en un sinfín de horas de trabajo. “Para preparar una ‘mascletá’ en la Plaza del Ayuntamiento hay que invertir cerca de 11 horas”, asegura. “Y, claro, para una Nit del Foc…, un día entero. En las Fallas puedo estar hasta 56 horas sin dormir”. Cuando le preguntan qué se siente al ser considerado el ‘mejor del mundo’ se echa a reír. “El mejor, el mejor… Lo que sí es cierto es que tienes mucha presión porque la gente está esperando algo y tienes que ofrecérselo e intentar superarte. Y, sobre todo, te puede el saber que están mirando más los fallos que los aciertos”, asegura.
Con esta mascletá ‘de barrio’ pone punto y final a sus particulares fallas, llenas de pólvora, humo y estruendo vistos desde el epicentro.
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elmundo.es